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Date Posted: 19:34:57 08/26/04 Thu
Author: lando
Subject: DEMONIOS FUERA

DEMONIOS FUERA

Fuente:http://www.webtorrox.com/modules.php?name=News&file=article&sid=392

AL margen del viejo debate sobre si existe o no el diablo y si éste es capaz de 'poseer' a una persona, lo cierto es que el Vaticano lleva tiempo pidiendo a sus obispos que nombren exorcistas para hacer frente al «creciente número de creyentes que piden ser liberados del demonio».


Tres sacerdotes españoles relatan su labor como exorcistas y los casos que más les han impresionado AL margen del viejo debate sobre si existe o no el diablo y si éste es capaz de 'poseer' a una persona, lo cierto es que el Vaticano lleva tiempo pidiendo a sus obispos que nombren exorcistas para hacer frente al «creciente número de creyentes que piden ser liberados del demonio». Fuentes religiosas atribuyen este aumento a la proliferación de sectas satánicas y al interés por lo esotérico. España no es una excepción. Los sacerdotes Fortea, en Alcalá de Henares, y Queralt, en Barcelona, son los nombres oficiales de la Iglesia para estos menesteres. Otras diócesis han escuchado el llamamiento de la Santa Sede y van designando a sus exorcistas. Fortea, el padre Suñer Puig -antecesor de Queralt- y el padre Artola relatan su labor. JOSÉ ANTONIO FORTEA Exorcista de Alcalá (Madrid) «Hay diablos con una ironía maravillosa» ¿Ha visto 'El exorcista'? La vi por casualidad en 1994, cuando me quedaban meses para ser ordenado. Puse la tele y ahí estaba. No me pareció mala, incluso ahora, con todo lo que he visto. Entonces no sabía que me iba a dedicar a ello, pero me ayudó a tener fe en estas cosas. Es verídica, menos el final. No puede vencer el demonio. El padre Fortea se define como un «cura normal y corriente, el típico de las parroquias». Sería fácil creerle si no fuera porque a sus 35 años afirma haber atendido «a centenares de personas que decían estar poseídas. Únicamente veintitantos casos eran reales, aunque lo normal es que un cura tan sólo alcance a ver en toda su vida uno o dos». Fortea hizo su tesis sobre este tema a petición de su obispo. «Pasé dos años leyendo todo lo que había en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y viajando por aquel país, por Gran Bretaña, Italia... Me entrevistaba con los expertos y presenciaba sus exorcismos. Cuando volví a Alcalá empezaron a encargarme los primeros casos. Habrá visto cosas... El segundo caso que tuve fue impresionante, por lo que decía y por cómo le quemaba todo lo sagrado que tocaba, aun sin saberlo. Era un chico de veintitantos años. Una vez le di la mano para despedirme y él la apartó como si le hubiera dado un calambre. No sabía que me había untado un poco de agua bendita en la palma. Algunos descubren incluso si les has puesto unas gotas en la sopa. Hubo que sujetarlo entre varios, estaba tirado en el suelo y aun así lograba levantarse. Profería gritos terribles, blasfemias y empezó a decir los pecados de todos los que estábamos allí: «tú esto, tú lo otro» Conmigo se equivocó. Incluso miró a uno de los jóvenes que estaban allí y le dijo con voz extraña: «Tú morirás dentro de un mes en un coche blanco». Parece lo que le dijo la niña de 'El exorcista' al astronauta: «Usted morirá en su cápsula espacial». ¿Ah, sí? Pues así fue. Le dije a aquel joven que no se preocupara porque el demonio es mentiroso, pero lo pasó mal. Estábamos allí rezando por el poseso, pues en eso consiste el exorcismo, y, de pronto, se puso a cantar el 'Adeste fideles' con letra blasfema. Después dijo de corrido las partes de la misa de los fieles. Finalmente, el demonio, que se hacía llamar Quo Bad, salió de su cuerpo y éste quedó en calma. ¿Ha sentido alguna vez miedo? No. Y eso que vivo solo, pero ya desde el principio leía libros sobre estas cosas en mi pueblo hasta la una de la madrugada y nunca tuve ni una pesadilla. Soy una persona escéptica, un materialista con fe. Pero, ¿cómo puede decir eso? Tengo que ser un profesional del escepticismo porque me pueden engañar sin quererlo, como cuando se trata de una enfermedad mental que lleva a la persona a creer que está posesa. Y a mí nunca me ha ocurrido nada. ¿No ha visto al diablo? No, aunque una vez encendió la luz de mi cuarto. Oí perfectamente cómo pulsaba el interruptor. A cualquiera se le pondría la carne de gallina. Bueno, me dije que si eso era lo único que podía hacer, es que realmente puede muy poco. Ja, ja, ja. ¡Cuánto humor hay que tener! Sí, hay momentos realmente deliciosos. ¿Cómo? Algunos demonios tienen una ironía maravillosa. ¿Ha tenido que esforzarse para no reír? Pues en una ocasión estaba yo allí increpando, gritando al demonio con todo mi fervor, con las cosas más sagradas, las fórmulas más santas... y, de repente, el poseso abre los ojos, se incorpora levemente y me dice con toda la compostura «Nos os despreciamos». Evidentemente, tuve que parar porque no me podía aguantar la risa, ja, ja... Fortea incide en que está creciendo la demanda de exorcistas «porque cada vez hay más gente que invoca a fuerzas ocultas, desconocidas, ya sea con la 'oui-ja', con hechizos o a través de una secta satánica, y eso hace que cada vez haya más casos de posesión». Y recuerda que desde el siglo XIX hasta 1950 «no hubo ni un solo poseso y por eso no había exorcistas, el cristianismo barrió literalmente la brujería, pero en los sesenta comenzó el interés por el espiritismo, después las cosas fueron a más y empezó a haber brujas y sectas satánicas. Esto ha tenido un despegue impresionante y lo seguirá teniendo, como la santería afrocubana, que produce posesión». ¿Y cómo sabe si realmente es posesión o enfermedad? Lo que se hace primero es tener una entrevista con la persona y ahí, con la experiencia, ya ves si hay algo de enfermedad, y si no, hay cosas muy concretas típicas de la posesión que no las voy a mencionar para evitar que algún loco las imite, aunque aun así sabría si es mentira. ¿Cuál ha sido el más trabajoso? Uno muy especial que estoy tratando desde hace año y medio. Es lo que se llamamos un 'signo', un caso que Dios permite para que lo vean los psiquiatras y lo estudien y se replanteen sus creencias. Se trata de uno entre 2.000 y se presentan todas las manifestaciones. ¿Qué quiere decir? Conocimiento telepático, hablar todas las lenguas, contorsiones imposibles... y se sabe todos los versículos de la Biblia. Incluso levita. ¿Usted lo ha visto? No, porque tenía los ojos cerrados, pero sí los que estaban presentes. ¿Le han hecho alguna profecía? Sí, me hicieron una que se cumplió. Otra persona supo una cosa que sólo sabíamos mi madre y yo. Y ahora me acaban de hacer otra profecía que se cumplirá, yo sé que es así, dentro de dos meses. ANTONIO MARÍA ARTOLA Exorcista «Mucha gente ve a los muertos» Con el aspecto venerable que le otorgan su pelo y su barba, blanquísimos, Antonio María Artola, de 74 de edad, podría haber sido el sustituto perfecto de Max Von Sydow en el papel del padre Merrin. Sacerdote pasionista, se acaba de jubilar como profesor de Teología en una universidad española, donde enseñó durante 33 años. En los ochenta, la Santa Sede pidió exorcistas y él se presentó voluntario. Ahora está en Lima impartiendo un curso. No le gusta hablar de sí mismo. Acepta esta entrevista sólo para que aquellas personas con problemas sepan que él les puede ayudar. No dice que sabe hablar ocho idiomas, incluido el arameo, ni que estuvo en Tierra Santa haciendo su tesis. Esto lo cuenta un compañero suyo de la parroquia de San Felicísimo. «Es muy humilde, pero también una eminencia», añade. ¿Cree usted en el demonio? Siempre. Ahora, no me he encontrado con él nunca. Quitando un caso en Italia y otro en Granada, mis exorcismos han sido cosas de intensidad menor, de presencias de difuntos con malignidad o personas atribuladas porque se imaginan que les vienen los muertos. ¿Ha dicho 'se imaginan'? Hombre, es que hay mucha psicología, aunque en todo eso pueda haber finalmente una intervención negativa, pero yo he escuchado a todos y les he bendecido. Así quedan aliviados, porque el sufrimiento es verdadero. Hay que ver qué angustia, qué caras... Y hay gente que puede ver a los muertos. He conocido a muchos como el niño de 'El sexto sentido'. Se les acercan espíritus y sufren mucho. El padre Artola dice haber atendido a centenares de personas que creían estar posesas. Asegura que a la mayoría les iban mal las cosas y habían empezado a sufrir fenómenos extraños y enfermedades inexplicables para las que los médicos no tenían solución. «Pero alguien corre la voz y saben que pueden venir donde mí. Luego quedan muy agradecidos, como un muchacho que me regaló un hacha de sílex. También recuerdo a un joven. Un familiar había desheredado a otro y éste juró hundir a la familia. Y entonces empezaron a ir mal las cosas: tenían una granja y se murieron todos los animales, él iba muy bien en Informática y, de repente, no podía con los estudios... Vino con la cara demudada, no podía dormir, oía ruidos...». Pero, ¿ha visto alguna posesión que considerara auténtica? El caso de Italia. Era una chica joven. Su madre había intentado abortarla con maleficios, pero a pesar de todo nació. Después la ofrecieron al demonio en una misa negra. Esta niña empezó a experimentar cosas horrorosas. Yo he visto clavos, piedras y mechones de pelo que ella arrojó por la boca. En pleno exorcismo, la joven miró mi hábito y gritó: «Ese vestido no me gusta nada». Luego, añadió: «Tienes que ser más moderno». Entonces empezaron las blasfemias contra la Virgen. Cogí una estatua sagrada que había allí y se la puse en los labios, luego me quité el rosario que los pasionistas llevamos a la cintura y se lo coloqué encima. Esto la hizo sufrir un rato largo pero luego empezó a cambiar y poco a poco recuperó su carácter. Después me enteré que el diablo volvió a ella. PEDRO SUÑER PUIG Sacerdote jubilado de Barcelona «La mayoría son enfermos mentales» El jesuíta Pedro Suñer Puig, de 73 años de edad, dice que le gusta «mucho más hablar de Dios que del demonio». Fue exorcista de la diócesis de Barcelona hasta hace tres años, cuando le sustituyó Queralt. Déjeme ejercer de abogado del diablo. Muchos creen que esto no son más que enfermedades mentales. Hombre, muchas veces la persona se lo ha figurado, pero, por ejemplo, si te viene toda una familia hablando de fenómenos es muy difícil pensar que se han autosugestionado. La existencia del demonio es de fe cristiana y el que no crea está fuera de la fe, pero la Iglesia nunca ha definido que existan posesiones, no las ha impuesto como dogma, y si se niegan no pasa nada. Quizás a la Iglesia le interesa avivar el miedo al demonio para mantener a sus ovejas en el redil. No creo que sea cierto, porque la Iglesia actual ha insistido muy poco en estos temas, más bien son cosas del culto satánico. Suñer Puig ha tratado durante los tres años que ejerció de exorcista a unas cien personas. Afirma que la inmensa mayoría de los casos «no eran diabólicos», sino cuadros de enfermedades mentales «que el interesado atribuía al demonio. Después de consultarlo con los médicos, yo les enviaba al psiquiatra», explica. En algunos casos sí creyó que se trataba de «infestaciones -influjos diabólicos no efectuados directamente sobre la persona: vasos que se rompen, puertas que se abren, malos olores, ruidos-, de obsesiones -influjos sobre la persona desde fuera: nota como si le pegaran- o de posesiones -el más grave y raro de todos los casos: el mal toma posesión del individuo, que pasa a estar manipulado-». «Sólo vi unos pocos de estos últimos, se pueden contar con los dedos de una mano».

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