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| Subject: Gianni Vattimo regresa | |
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Author: Graziella Pogolotti |
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Date Posted: 6/06/07 11:27:20 Gianni Vattimo regresa Graziella Pogolotti Filósofo posmoderno de inspiración cristiana, Gianni Vattimo acaba de publicar, en la Editorial de Ciencias Sociales de La Habana, una recopilación de artículos titulada Ecce Homo. Se trata de trabajos difundidos por la prensa italiana al calor de los acontecimientos más recientes. Sobre el trasfondo de la guerra de Iraq diseña el desconcierto de la izquierda europea, manifiesto en el conglomerado de partidos políticos que condujeron al magro triunfo electoral de Romano Prodi. A través de observaciones puntuales, comprueba la crisis de la democracia representativa, víctima del consumismo y del poder mediático, del vínculo inevitable de las maquinarias con el mundo de las finanzas que las alimenta, de la corrupción y de la pérdida de identidad de las etiquetas que históricamente definieron las agrupaciones políticas. Los textos se desarrollan, cargados de paréntesis, con el zigzagueo característico de un monólogo interior. El estilo conversacional elude el academicismo y la disquisición teórica. Apegado a los hechos, sus meandros privilegian la primera persona y, con ella, un discurso voluntariamente débil -aunque no falten las alusiones a Hegel, Marx, Nietzsche y Heidegger -, ferozmente distanciado de cualquier tentación de dogmatismo. El conjunto de las reflexiones resulta, sin embargo, sintomático de un tiempo de cambio en el que las brújulas indecisas se afanan por buscar un norte. En efecto, la caída del muro de Berlín, en 1989, parecía haber cerrado una etapa, un siglo corto caracterizado por el sucederse de las revoluciones. Para la derecha más radical, había concluido el decursar de la historia. Tras el fracaso del 68, evocado con justicia por Vattimo, la izquierda europea, junto a sus intelectuales, inició un declinar que alcanzó su paroxismo con el derrumbe de la Unión Soviética. Muchas palabras, asociadas a la tradición socialista, fueron canceladas del léxico habitual. La persistencia en el hablar con voz queda, apegada a los hechos de la cotidianidad, se coloca en las antípodas de una insoportable levedad del ser. Se distancia de una retórica tradicional consagrada por la izquierda y también de aquella otra convertida en lugar común, discurso oficial de la derecha. Intenta definir, en un presente escurridizo, coordenadas válidas para recuperar centros de gravitación. Su perspectiva crítica desdeña las concepciones abstractas para instalarse, tozudamente, en el terreno de lo concreto. Como Alonso Quijano, sabe quien es y tiene plena conciencia de construir una mirada en tanto intelectual europeo y, aun más, italiano, con un saber impregnado por una experiencia histórica específica. Su visión parte de un contexto bien delimitado, de una memoria que es, asimismo, la de sus coetáneos. Sin embargo, a diferencia de muchos, rehúye posturas cínicas o escépticas, aunque su punto de partida sea también el de las ilusiones perdidas. La posguerra había dejado en los intelectuales europeos la euforia de un sentimiento liberador y la reafirmación de un renacer de su función social en el empeño por cambiar la vida. La política establecía fronteras precisas, engarzada a la multiplicación de un pensamiento teórico formulado en el terreno de las ciencias sociales y humanas. En el mundo bipolar, la impaciencia por acelerar transformaciones revolucionarias se congelaba. El aura primaveral de los movimientos del 68 desapareció en un stablishment fortalecido. Los detractores de ayer se integraron al sistema. En el viraje, se precipitaba la pérdida de identidad de los partidos de izquierda. Los poderosos partidos comunistas fueron perdiendo sus bases y la socialdemocracia se diluyó en plataformas electoralistas. Los programas se borraron en el tráfico de intereses. La formación de una Europa autónoma, afincada en su tradición humanista se derrumbaba bajo los efectos de la transnacionalización de la economía y de los medios de comunicación. Parlamentario europeo durante un tiempo, consciente de las debilidades intrínsecas del proyecto, Gianni Vattimo emprende el camino de regreso. La guerra de Iraq precipita una necesaria toma de conciencia. Por razones históricas, los europeos mantuvieron por mucho tiempo, a diferencia de los latinoamericanos, la imagen ilusoria de los Estados Unidos como modelo de sociedad democrática. Las derivaciones de la contienda infinita contra el terrorismo mostraron la verdad oculta tras la retórica oficial. Desaparecía el último reducto de las libertades individuales. En ese camino de regreso, en esa recuperación de un tiempo de cambio, se acerca a la América Latina, en tanto observador desprejuiciado que no emite juicios de valor. Las viejas palabras adquieren un sentido nuevo. Restablece la conexión con el proyecto comunista de los primeros bolcheviques y con la fórmula flexible acuñada por Lenin, aquella que mejor sirve para la emergencia del tercer mundo al conjugar la electrificación con la presencia participativa de los soviets. Las palabras de Vattimo convocan así, en el confuso panorama actual, a cumplir con la irrenunciable vocación intelectual de repensar el mundo. [ Next Thread | Previous Thread | Next Message | Previous Message ] |